La pregunta sobre si los animales pueden tener una naturaleza violenta siempre despierta opiniones contrapuestas. Normativas provinciales y municipales, un registro de los ejemplares más peligrosos y un "gimnasio" para su adiestramiento, son algunas de las medidas que destacan los especialistas.
Horacio Fernando González (50) fue condenado a 8 años de prisión luego de que uno de sus perros, un ejemplar de la raza pitbull, atacara a Santiago Veer, un pequeño de 2 años que se encontraba jugando en la vereda, una tarde de mayo de 2014 en la localidad bonaerense de Alejandro Korn.
El caso causó conmoción y abrió, una vez más, el debate respecto la naturaleza violenta de los animales. Si bien existen voces a favor y en contra de esta postura, todas coinciden en lo mismo: el dueño es responsable del accionar de su mascota.
Con un fallo que sienta jurisprudencia en el tema, profesionales del área se encuentran esperanzados de que el hecho inste a los dueños de mascotas potencialmente peligrosas a tomar medidas de precaución que van desde anotar al animal en el registro de perros potencialmente peligrosos hasta adiestrarlo con profesionales capacitados en la materia.
A fin de evitar sucesos de esta índole, a nivel provincial y municipal existen normativas tendientes a regular y controlar no sólo las condiciones higiénico-sanitarias, de bienestar y seguridad de la especie, sino también a la oportuna inscripción en el registro que verifica el comportamiento del animal y exhorta a sus respectivos dueños a tomar medidas concretas para garantizar la seguridad de terceros.
En el caso de la provincia la ley es la número 14107 y a nivel local, la Municipalidad cuenta con la ordenanza Nº 22031.
Panorama en Mar del Plata
El titular de la Dirección de Zoonosis Municipal, Francisco Varela, señaló, en diálogo con LA CAPITAL, que existen en el municipio alrededor de 550 ejemplares anotados en el registro de perros potencialmente peligrosos, aunque asegura que “son muchos más”.
Según indicó, anotar al perro en el registro implica el implante de un microchip subcutáneo en el animal para que, de esta manera, el departamento de Zoonosis pueda obtener tanto los datos sanitarios del perro como también nombre y apellido de su dueño.
La intervención corre por cuenta del dueño y, según indicó Varela, el monto “es un poco mayor de una vacuna”, las cuales, teniendo en cuenta consultas realizadas por LA CAPITAL, varían entre los 150 y 200 pesos según el tipo.
Señaló, a su vez, que ambas normativas “obligan a una serie de pautas que son, por ejemplo, la tenencia en propiedades que estén debidamente cercadas para evitar que puedan llegar a morder a una persona u otro animal, contar con correa y bozal cuando se transita en la calle y tener un seguro de responsabilidad civil por los daños que le puedan ocasionar a tercero”, indicó.
Si bien se encuentra disponible la lista de las razas de perros potencialmente peligrosas, Varela destacó que “también hay que considerar que puede haber cruzas de estas razas y animales que no responden a las tipologías determinadas pero, por su envergadura, tamaño mandibular y fuerza, pueden ocasionar iguales daños”.
En busca de fiscalizar la mayor cantidad de territorio posible, Zoonosis pretende incorporar la participación de áreas municipales que recorran la ciudad.
Hasta el momento, el departamento utiliza las jornadas de vacunación y castración para verificar la existencia de más animales peligrosos no registrados, además de responder a cada una de las denuncias que se realizan al número 465-2510 o 464-4513.
Más perros por defensa
El titular de Zoonosis también aseguró que, en los últimos años, se registraron más denuncias de ataques debido al entrenamiento de perros con objetivos de defensa.
“Todo esto se ha incrementado a partir del deseo de tener animales como alternativa de defensa en los hogares o en los predios particulares. Si alguien lo quiere adiestrar para defensa va a estar entrenado para ese fin”, señaló, advirtiendo sobre los riesgos de dejar un perro que está entrenado de esa manera solo.
Destacó también la indiferencia de muchos dueños al asegurar que “es muy común ver que la gente tiene animales y con el tiempo no los puede mantener o no tiene tiempo para dedicarse a ellos y los largan a la calle con el consecuente riesgo para el resto de las personas”.
“Según lo que vemos a diario, el grado de responsabilidad que tenemos en nuestro país es bajo en relación al resto y esto se manifiesta en la cantidad de denuncias que recibimos”, agregó.
Un gimnasio para perros pitbull
El porteño Oscar Esteban Pérez comenzó a adentrarse en el mundo de los pitbull cuando, en 2006, Facha, un ejemplar de la raza, llegó a su vida.
Según contó a LA CAPITAL, decidió conocer más acerca de ellos y lo que descubrió lo desconcertó. “Empecé a darme cuenta que les hacían muy mal, muchas personas los usan para pelear y decidí que debía defender a la raza”, recordó.
Llevado por el ímpetu de conocer y la convicción de derribar los mitos alrededor de los pitbulls, Pérez decidió formarse, titulándose en Psicología Canina y Adiestramiento.
Una vez capacitado inició, en 2011, su mayor deseo: un gimnasio para pitbulls conocido como “Pitbull Club de La Tablada”.
“Fuimos perfeccionándolo cada vez más y hoy ya contamos con una pileta, obstáculos para entrenamiento y lavadero y guardería canina”, describe, orgulloso.
En un espacio similar al de una cancha de fútbol de salón, Pérez recibe los martes, miércoles y sábados entre 20 y 40 pitbulls que, acompañados por su respectivos dueños, son “alumnos” de las clases impartidas por Pérez y su equipo.
“Un pitbull es ideal como mascota”
Respecto a la “mala fama” que tienen los canes de esta raza, Pérez fue contundente: “Nuestro trabajo es demostrarle a la gente que hay que tener una tenencia responsable, que un pitbull es ideal como mascota siempre y cuando esté en las condiciones correctas”.
Y continuó: “Es como cualquier otro perro, si vos tenés a un perro encadenado en un patio, ese perro se ’embronca’ de estrés y nervios. Yo siempre digo que si tratás bien a tu perro le estás haciendo un bien a la raza”.
Pérez reconoció que, como ocurre con otros perros, muchas personas los eligen “por el prejuicio” que se generó alrededor de ellos. “Algunos lo compran por el mismo ego y fanfarroneo y ahí es cuando les hacen daño”, señaló, al tiempo que agregó que “el perro no nace agresivo”.
Al igual que Varela, rechazó la tendencia de criar a los pitbull como “perros de ataque” y, en contraposición a esa idea, aseguró que, al gimnasio, han ido ejemplares que oficiaban como “perros guía” para personas no videntes.
“Muchos ya los ponen como guardia o los quieren poner en la policía”, reclamó, enfatizando su oposición a esta postura.
“La culpa siempre es del dueño”
En relación al fallo que condenó al dueño del pitbull que mató al pequeño Veer, Pérez aseguró estar “completamente a favor”.
“Esto ya tendría que haber pasado hace muchos años. La culpa de lo que hacen los animales siempre es del dueño”, señaló.
Sin embargo, destacó que no acepta de que al perro lo sacrifiquen tras el hecho.
“No estoy a favor de que al perro lo maten porque yo he rehabilitado perros en casos extremos. Lo que sí no hago es devolvérselos a los mismos dueños”, dijo, volviendo a poner el acento en la crianza y el trato que los animales reciben por parte de quienes los rodean.